De acuerdo con la UICN las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) son intervenciones que protegen, gestionan y restauran ecosistemas naturales o modificados, abordando desafíos sociales como el cambio climático, la seguridad alimentaria, el riesgo de desastres y la salud humana, de forma eficaz y adaptativa, al mismo tiempo que generan beneficios para la biodiversidad y el bienestar de las comunidades.
Las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) tienen el potencial de mitigar hasta 10 gigatoneladas de CO₂ al año, lo que representa aproximadamente el 27% de las emisiones globales anuales (Griscom et al., 2017). A medida que se acercan los plazos climáticos y las ciudades continúan creciendo, los gobiernos locales y regionales están recurriendo cada vez más a las SbN para fortalecer la resiliencia, restaurar ecosistemas degradados y mejorar la calidad de vida.
Según ONU Habitat con más del 70% de la población mundial proyectada para vivir en áreas urbanas hacia 2050, muchas ciudades enfrentan riesgos crecientes relacionados con el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y desigualdades sociales persistentes. En este contexto, las SbN se posicionan como una de las herramientas más prometedoras para abordar desafíos interconectados y construir ciudades sostenibles e inclusivas.
Soluciones que restauran ecosistemas y empoderan comunidades
En América Latina, las ciudades están utilizando cada vez más las SbN para abordar desafíos urbanos comunes, conectando la restauración ecológica con la inclusión social.
En Barranquilla y Copacabana (Colombia), procesos participativos con comunidades vulnerables han permitido diseñar SbN enfocadas en la restauración de ecosistemas que reducen los riesgos de inundaciones y movimientos en masa. En Barranquilla, las acciones priorizan la protección y rehabilitación de manglares, los cuales funcionan como infraestructura natural para contener inundaciones y conservar la biodiversidad costera. En Copacabana, las intervenciones se concentran en la restauración de la microcuenca la Chuscala por medio de la revegetalización con especies nativas y la estabilización de laderas. En ambos casos, se promueve una implementación participativa, el fortalecimiento de capacidades locales y la integración de las SbN en los procesos de planificación territorial, como pilares fundamentales para una transformación urbana sostenible y resiliente.
En Pereira, Pasto, Montería, Villavicencio, Yopal y Bucaramanga, los gobiernos locales han desarrollado SbN que enfrentan simultáneamente el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Este enfoque promueve la planificación urbana basada en la naturaleza y la restauración de ecosistemas, apoyado por métodos participativos y fortalecimiento institucional. Como resultado, se realizaron 44 talleres presenciales con 627 participantes (358 mujeres y 269 hombres) de instituciones públicas, comunidades y academia. Se formularon 33 propuestas de proyecto adaptadas al contexto local, de las cuales cuatro ya fueron incorporadas en instrumentos de planificación territorial.
En La Estrella, se implementaron SbN en tres instituciones educativas, combinando la Adaptación Basada en Ecosistemas con un enfoque de Igualdad de Género e Inclusión Social (GESI). A través de huertos escolares y restauración con árboles frutales, se fortalecieron la seguridad alimentaria y la resiliencia climática. Participaron un total de 106 personas, entre estudiantes, docentes y actores locales. Se plantaron 13 especies frutales en la Reserva El Romeral, se aprovecharon 2 toneladas de residuos orgánicos y se destinaron 150 m² para la producción de plántulas. También se instaló un sistema de riego por goteo alimentado por agua lluvia (2 m³). Hoy, 20 familias vulnerables se benefician de la producción agroecológica.
En Quito (Ecuador), un proceso liderado por la comunidad permitió la creación de jardines de lluvia y huertos urbanos para restaurar espacios verdes y reducir el riesgo de inundaciones. La iniciativa fortaleció capacidades locales en gestión ambiental y seguridad alimentaria. Su éxito impulsó la aprobación de la Ordenanza Verde y Azul y la elaboración de una guía práctica para la implementación de SbN, que integra la preservación de ecosistemas urbanos y sistemas sostenibles de drenaje en la planificación territorial.
Desafíos para la implementación
Aunque los beneficios de las SbN están bien documentados, los gobiernos locales enfrentan múltiples barreras para ponerlas en práctica. Entre las más comunes se encuentran el acceso limitado a financiamiento, marcos regulatorios fragmentados, falta de datos geoespaciales y baja coordinación interinstitucional.
Superar estos desafíos requiere políticas públicas integradas, marcos legales habilitantes y mecanismos que aseguren una participación comunitaria significativa y sostenibilidad a largo plazo.
De las soluciones a las estrategias estructurales
El verdadero desafío no radica únicamente en implementar Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN), sino en integrarlas como estrategias estructurales del desarrollo urbano. Esto exige una inversión sostenida en capacidades locales, el acceso a datos pertinentes y oportunos, la reforma de marcos normativos, la movilización de financiamiento innovador y el fortalecimiento de una gobernanza inclusiva y multisectorial.
Para trascender los proyectos piloto, las SbN deben incorporarse de manera transversal en la planificación del uso del suelo, en los instrumentos normativos y en los sistemas institucionales de toma de decisiones. Esto requiere involucrar a una diversidad de actores, articular múltiples saberes —técnicos, comunitarios y ancestrales—, y asegurar que las intervenciones respondan a las prioridades y realidades de cada territorio.
En última instancia, las SbN no son meras soluciones técnicas: son vehículos de justicia climática y transformación social, que amplían el acceso equitativo a bienes comunes como el aire limpio, el agua, los alimentos y los espacios públicos seguros, especialmente para las poblaciones más vulnerables.
Alejandro es ingeniero ambiental, doctor en Sostenibilidad y docente universitario, con amplia experiencia en gestión ambiental urbana y regional. Ha ocupado cargos directivos en entidades públicas y actualmente esDirector Ejecutivode ICLEI Colombia.
Sergio Aranguren es profesional en relaciones internacionales y gestión urbana, con estudios en cooperación internacional, proyectos y biodiversidad. Cuenta con amplia trayectoria en el Instituto Humboldt y organismos internacionales, y actualmente es Coordinador Técnico de ICLEI Colombia.
Luz Camacho es profesional en Negocios y Relaciones Internacionales, con maestría en Gestión de Política Pública y experiencia en posicionamiento internacional de gobiernos locales, cooperación y acción climática global. Ha trabajado en el DNP de Colombia y en la Alcaldía de São Paulo, y actualmente es Coordinadora de Relaciones Institucionales de ICLEI Colombia.
NathaliaCorrea es Administradora Ambiental con especialización y estudios de maestría en gestión de proyectos. Tiene más de nueve años de experiencia en sostenibilidad, biodiversidad y cambio climático, y es Asesora de Proyectos en ICLEI Colombia.
Melissa Velásquez es ingeniera ambiental con experiencia en SIG aplicados a riesgo y cambio climático. Ha trabajado en cooperación internacional en biodiversidad y resiliencia, y actualmente es Profesional de Apoyo en ICLEI Colombia.